Comprendiendo la gestión del conocimiento

Por Goretti Cano de Dios y Kiara Ruelas 
Febrero 23, 2023

Un tema que constantemente abordamos en clase es “la gestión del conocimiento”, el cual sabemos que es complejo, pero a lo largo de este texto trataremos de clarificar algunas ideas para su comprensión.

Primeramente, nos gustaría decir que la gestión del conocimiento implica dos procesos: la creación y la difusión de este.

Por un lado, es importante aclarar que el conocimiento, está conformado por las dimensiones tácita y explícita, las cuales se encuentran interrelacionadas y conforman el conocimiento que usamos para cualquier actividad. Es decir, un conocimiento tácito (personal y dependiente del contexto) puede explicarse a través de la dimensión explícita, la cual permite que el conocimiento sea transmisible gracias a un lenguaje. Por ejemplo: el ubicarnos en un espacio geográfico sería un conocimiento tácito, y al querer compartirlo con alguien más, lo hacemos mediante un mapa y nuestra habilidad de darlo a entender; en pocas palabras, la dimensión explícita permite comunicar a los demás la dimensión tácita de un conocimiento.

A su vez, identificamos que existen dos niveles de conocimiento:

  •       El individual: comprende todo aquello que se obtiene de la mano del propio entorno que nos rodea, el cual, si se modifica, entonces también adaptará lo que conocemos.
  •       El organizacional: es un nivel más colectivo en donde el conocimiento es compartido y a la vez generador de este, como una red conformada por el conocimiento personal que al estar en contacto con el de otros se enriquece, modifica y readapta. En resumen, el papel de las organizaciones como tal radica en la fomentación e impulso de la acción de compartir conocimiento.

En relación con lo anterior, surge el tema de cómo se crea dicho conocimiento, y la respuesta es a través de los procesos de aprendizaje; lo cual definimos como la manera o los medios que utilizamos para construirlo.

Pasando al tema de la difusión, nos percatamos de que su importancia radica en que, si el conocimiento no se difunde, este no puede seguir creándose. La principal razón de que sea relevante el difundirlo es precisamente porque se considera que el conocimiento tiene un valor merecedor de socializarse para la creación futura de uno mayor.

En el caso de las organizaciones, no sólo es importante recuperar el conocimiento de cada colaborador, sino también de lo que se construye colaborativamente con los otros, es decir, los conocimientos de la organización.

A manera de conclusión, creemos que como educólogas asumimos el rol de facilitadoras que distinguen la diferencia entre conocer y conocimiento. Dentro de una organización, nos aseguramos de entender la gestión del conocimiento, no como una mediación, sino como una disciplina que nos ayuda a abordar sus problemáticas, buscando que esta aprenda, difunda y transmita el conocimiento.


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